Cuando llegamos a Roma nos instalamos en el hospedaje y fuimos a la ceremonia que conmemoraba el aniversario de la Independencia Armenia. Se realizaba en la iglesia que está construída en lo que fueron las Termas de Dioclesiano. Allí mismo, 40.000 mártires cristianos fueron sacrificados en la época de las persecusiones cristianas. Recordar al pueblo armenio en ese lugar resulta significativo para la iglesia romana, según explicaba el padre párroco de la iglesia, Santa María de los Angeles Mártires, en la plaza de la República de Roma. El embajador de la República de Armenia saludó a la comunidad presente y el coro del monasterio de San Geghard se exhibió con una selección de música sacra medieval.
Al día siguiente visitamos las ruinas del Coliseo Romano El edificio construído en la época flaviana en el s. I de la era cristiana estaba dedicado a los espectáculos ofrecidos por los venadores y los gladiadores, además de las luchas con animales exóticos, como leones o rinocerontes.
En el interior del Coliseo, las plateas y las paredes internas se ven construídas con los ladrillos llamados opus latericio. Las mujeres tenían destinadas las gradas más altas, donde se distinguen las grapas para sostener el toldo del techado. La zona del podio reconstruída recientemente estaba destinada a las clases dirigentes.
Entusiasmados
Podio
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